
La teleformación se ha convertido hoy día en una auténtica realidad. Resulta muy común que una persona combine trabajo y estudios o que se aproveche de las nuevas tecnologías para sacarse un título a su propio ritmo. La mayoría de centros, tanto universitarios como de formación profesional, contemplan esta posibilidad con estudios presenciales o semipresencial. Sin embargo, todavía se tiende a pensar que existen ciertas limitaciones o leyendas sobre este tipo de formación. Las exponemos a continuación para despejar dudas y conocer las verdaderas posibilidades de la formación profesional a distancia.
1.¿Cómo resolveré mis dudas estudiando en la modalidad semipresencial o distancia?
Cada centro cuenta con un horario específico de tutorías donde consultar o comentar con el profesor mediante e-mail, formulario o vía Skype e incluso tienen un número de horas determinados para tutorías presenciales periódicas en las que el alumno puede despejar dudas y aclaraciones sobre la materia estudiada. Además, en los foros continúa el hilo de la comunicación y actualmente gracias a la tecnología se pueden utilizar sesiones webinar o videoconferencia que permiten reflejar la misma sensación de una clase presencial.
2.Creer que la teleformación o formación a distancia no consigue los mismos objetivos que la modalidad tradicional
La calidad no depende de la presencia en el mismo lugar de un estudiante y un profesor. Este, como en cualquier tipo de formación, debe cumplir con determinados criterios de eficiencia y disponer de unos excelentes materiales y sistemas de estudio. La metodología, la formación del propio profesorado, el uso de unos buenos materiales didácticos y una evaluación de la calidad son los ítems obligatorios, como bien lo demuestra en diferentes estudios de universidades prestigiosas en todo el mundo.
3. Pensar que sin compañeros de forma presencial no me sentiré motivado.
En la actualidad se tiende y fomenta continuamente el trabajo en equipo dentro de la modalidad de estudios online. Asimismo, con las nuevas tecnologías, los canales de comunicación son múltiples: redes sociales (Facebook, Twitter, Google+…), correo electrónico, chats, foros, WhatsApp, etc.
4. Creer que cuando tenga que trabajar, no me valorarán igual que si hubiese estudiado en la modalidad presencial.
Esto es del todo falso. Un individuo que se ha sacado un título por su cuenta, sin asistir a clase, denota una personalidad organizada, versátil, multifacética y con unos objetivos bien claros, algo que cualquier empresario sabrá detectar enseguida. Además, lo que prima, ante todo, son los conocimientos en sí, más que el lugar concreto de dónde se han obtenido. Los máximos responsables de plataformas con amplia experiencia dedicadas a la teleformación, señalan que, además, la calidad de los estudios es exactamente igual a un centro de enseñanza convencional.
5. Pensar que si soy un desastre organizándome no podré llevarlo bien.
La práctica y la planificación resultan claves a la hora de organizarse. Se deben fijar unos objetivos previos por día, semana o mes, siempre en función del tiempo sobrante que tengamos. Y, ante cualquier duda, los tutores siempre pueden ayudar, además de respaldar al alumno.
Como ves, la teleformación resulta una estupenda alternativa para aprender. ¿Estás de acuerdo?
